domingo, 8 de enero de 2017

EL TEJIDO





No sabe bien quién es.

Responde a una palabra que huele como a hogar,
sin conocerla.
Cuenta tres pañales y una voz
que grita, que dibuja la piel del invierno
en bucle decadencia, rasgando el tejido,
pudriendo la merienda.
No sabe bien quién soy,
si soy la mano que dirige la cuchara,
los ojos que sorprende al deambular,
la fila de naipes que muestra los dientes.
No sabe quién son ellos: la fotografía trasparenta.

No sabe bien
por qué. No sabe
de caballos cansados manteniendo un trote mudo,
automático.

ma ma ma
no va a venir.

La muerte avisa. La sombra sabe
contar hasta tres.
Ese debe ser el color verde.
Conserva, en un bolsillo, los pañuelos,
un clavel, un rojo rojo clavel, un clavel
y, detrás de algún lugar inaccesible,
cómo botar una pelota.

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