domingo, 18 de diciembre de 2016

BABY BLUE






«The highway is for gamblers, 
better use your sense.»
Bob Dylan



La vida no es, para nada, como la habíamos imaginado
de niños, tirando piedras a las vías, 

¿lo recuerdas?

Ni siquiera ardía el mismo sol, ahí arriba.
Parece que perdió aquellos abrazos dorados
de puntas romas.

Seguimos matando la sed como entonces,
con algo de aquella autodestrucción literaria,
quizá no tan legítima, con argumentos que caen
ante la responsabilidad.

Hemos roto el traslúcido cristal y, ahora,
ahoga de real. No vale
lo que darías por volver a aquella tarde
y organizarlo todo de nuevo,
con la serena impunidad que concedía
tirar piedras a las vías.

Cuando empezamos a plantearnos la felicidad,
se nos fue, sin dejar siquiera rastros en el humo.
Empezamos a no fiarnos del amor,
porque creíamos no necesitarlo.

Estábamos tan solos.

Confundimos felicidad con embriaguez, aún
nos cuesta distinguirlas.
Ahora, podemos encontrarla
esa escurridiza, peligrosamente frágil,
felicidad, si miramos con indiferencia
el reloj o el cielo y lo celebramos.

Aquella chica azul de tribunal,
por fin, se levantó del suelo
y vino a salvarnos, de entre dos contenedores de basura.

Ha llegado nuestra hora,
la de vivir de verdad.
Y en eso estamos, caminando por la vía,
esquivando los trenes y las piedras
que nos tiran los niños.


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