martes, 11 de junio de 2013

en vivo

Fue un bofetón
de verde realidad
a unos labios tramposos,
ávidos
de beber de sus pechos
las erizadas gotas del alba.

una fuerza en su cabeza
clavó su postura en rebeldía
contra la voz inútil del inútil viento.

sus ojos me miraron, como fruta húmeda,
mostrando
en su corazón
carnosas bombillas,
iluminando y saciando mi cuerpo seco,
vacilante,
al desafío de casi rozar
su cuerpo.

dibujamos intermitentes sombras
surrealistas, que bailaban
pisándose los pies.

rió su orgullo
con la inocencia de una luna semiciega
ante el empalagoso perfume
de la noche,
segura de no mostrar sus seis esferas
a la tenue luz de la cúpula roja,
en una tienda de campaña coronada
de un millón de insectos
con sus seis millones de estrellas
sin párpados.

cedió toda voluntad a las caricias
de ojo guiñado.
bebimos
de la risa que brotó al morder sus labios
y su sabor fue como aquella primera pedalada
sin ruedines.

sus esferas cabalgaron
libres,
con los ojos vendados,
brillando de sudor.

el alambique del amanecer
alumbró su vientre
templado
sobre un rasurado horizonte
de neón.

una sombra entraba en otra,
fueron una sombra sola,
luego,
no hubo sombras,
ni besos.

cuando llegó el día,
no quiso volver a saber de maldiciones.

se llevó su nombre,
se dejó las drogas.

yo me fumé el vacío que dejó junto mi cuerpo.


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