jueves, 10 de noviembre de 2016

LOS GORRIONES




Hoy es domingo y, ¡mira, Platero!
todos acuden a comprar
untados de crema para después del afeitado.
Se asfixia, de calor, la libertad
dentro de esta carpa de circo.
La luna y la playa tienen
manchas de alquitrán.

Hemos levantado puestos de trabajo, encima
de otros puestos de trabajo,
demoliendo la actitud al elefante,
chascando en el aire las monedas,
secando el río de raíz.
Casi no se aprecian los barrotes,
son de azúcar.

Las golondrinas que posan en el suelo,
no remontan.
Nuestros sueños son reptiles que comen golondrinas.

Observa, detrás de la cortina, tus héroes mutilados
siente el horror de la comedia:
mitad hombre,                 mitad truco.

Puedes traer a los niños,
que aplaudan o humillen a las bestias.

Seguro, necesitas otro par de calcetines,
lee el cartel: podemos hacerlo por ti.
La música te estudia,
maneja un perfecto taladro percutor,
tatuando nuestro eslogan en tu tímpano:
no nos importa lo que pienses.

tenemos el molde perfecto
para tu necesidad  mecanizada,
puedes elegir el sabor
dentro de nuestra amplia gama,
de nitrógeno a frambuesa.
¿Has probado el nuevo?
Un publicista ha querido seducirte y le ha llamado
AMOR,
porque no sabe qué coño significa,
presume ser una palabra en lengua muerta,
con un logradísimo sabor a tuétano.

Recoge la sonrisa que lanza ese chaval,
detrás del uniforme.
Dale a tu hijo unos rotuladores,
que coloreen su contrato,
                   se ve triste.

No te incomode si fue a la universidad,
no ha debido esforzarse suficiente,
su padre no debió amasar
                   lo suficiente.

Coge la bolsa, la sonrisa
y vete a tomar por culo.
Desenchufa tu respiración de las puertas automáticas
y deja sitio.
Otros vendrán, hoy es domingo,
hace un precioso día de metal,
de invernadero.

El siglo veintiuno ha vencido a las personas.

Sólo espero que haya alguien -o algo-
ahí fuera,
mirando los gorriones.

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