miércoles, 1 de mayo de 2013

concierto para timbales


Los ancianos se sientan al sol
y no gastan dinero
-ya saben cómo va-

los parados también
se sientan al sol

Un moro
sin
baja laboral
ni
prestación por desempleo
usa la muleta para sujetar
la tapa del cubo.

Han hecho tres nuevas pistas
de tenis
en las que no voy a jugar,
porque siguen siendo caras

Han vuelto a bajar a la calle
muchachas que saben que toda mi intención
les pertenece
y no las voy a besar,
porque siguen siendo caras

Las terrazas de los bares del centro siguen llenas,
pero ya no eres tú
-ciudadano medio-
el que sientas tu culo distraído
con todo
bajo control.
Has aprendido a apreciar
el sabor de la lata,
su clandestinidad teatralizada,
como una pequeña aventura
y
los rincones que descubres
de Madrid
levantado de la silla de mimbre
de la plaza.

Para los que vamos a currar,
sigue siendo un día de mierda
del qué no esperamos
nada
para qué no defraude
y poder dormir tranquilos de pagar
nuestras facturas.


El sol sigue su curso
por el mismo raíl,
cada vez más cercano,
cada vez más ajeno.

Dentro de poco,
quizá este año sí,
puedas ver el mar
y eso hace tirar para delante.

La naturaleza anda loca con el clima,
condicionado por nuestros
sumideros
nuestras chimeneas
y no
se venga más que con alergias.
Podía ser más cruel con occidente,
quizá
espere
su sólo de trompeta.

Los viejos siguen al sol
y los parados,
pero nada es igual.

Se respira un aire de fracaso
generalizado
Muchos nos miramos buscando
los verdaderos culpables.

Aguantamos el invierno
como se aguanta el dolor
de un tatuaje,
una jornada laboral
o
la distancia:
pensando en la futura recompensa
al sufrimiento


bueno,
pues ya está:
ésta es
la nueva primavera

acostúmbrate


No hay comentarios:

Publicar un comentario