Al camarero se le cayó un plato.
Ella levantó la mirada del café,
dejó que paseara por la lluvia
y la detuvo en él
cuatro segundos.
.
.
.
.
Pensó en romper toda la vajilla,
cuando ella volvió a calentar
su mirada gris,
mojada,
en el café.
No hay comentarios:
Publicar un comentario