viernes, 15 de marzo de 2013

Tu ausencia


¿Por qué,

si es como una gota de sangre en la bañera,
como una mota de polvo a contraluz,
que sólo veo al bizquear
y no bizqueo?

¿Por qué, 

si apenas es
un hilo de voz en la distancia
y por suerte,
mis días son vagones de metro
que suceden en estrépito
dulce y ensordecedor,
embriagados y anodinos?

¿Por qué,

si dudo haber oído alguna vez
esa nota de piano,
si no huele a cebolla familiar,
ni acarician toallitas postcoitales?

¿Por qué, 

si nada gira en torno a
nada,
ni temo a la inversión en la polaridad
de mi calzado?

No sé muy bien por qué,
pero en la cama,
a veces,
aún escuece

tu ausencia.


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